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Conoce la historia del sofá.
Hola amigos, hoy os vamos a hablar de algo muy curioso que estoy seguro no os va a dejar indiferentes, ¿Quién es el culpable de que nos podamos acomodar cuando llegamos a casa?
Los hay de todas formas, sofás de dos o tres plazas, rinconeras, chaiselongue, modulares, butacas, de todas las pieles o tejidos, caros, baratos, cómodos e incomodos, incluso con altavoces o controles incorporados; sin ir más lejos nosotros tenemos más de 100 modelos diferentes.
Nosotros llevamos ya más de 20 años ayudando a nuestros clientes a conseguir ese lugar del mundo donde pasar gran parte de sus horas de ocio, un amigo fiel al que recurrir cuando estamos cansados, cuando queremos relajarnos o ver la última serie de Netflix; nuestro gran amigo, el sofá.
Estaréis de acuerdo conmigo en que cuando estáis en la oficina sentados en esa incómoda silla o de pie sacando adelante vuestro trabajo estáis contando las horas para poder compartir un ratito a solas con nuestro gran amigo.
Por eso, como tenemos que saber de dónde venimos hoy os planteo un viaje en el tiempo para recuperar los inicios de nuestro inseparable compañero de descanso.
Viajando al pasado.
Hagamos un viaje a una de las civilizaciones más impresionantes de la historia; la egipcia.
Cuentan los viajeros en el tiempo que hace miles de años, concretamente en el 300 A.C., los antiguos faraones egipcios que se consideraban los descendientes de Dioses tenían un asiento más espectacular que el resto; una especie de cama, pero más pequeña donde acomodarse para que sus “benditos” pies no tuvieran ni que tocar el suelo. Por ello tenían estas piezas únicas hechas a medida solo para ellos, esta parece ser la primera inclusión en la historia de una especie de lo que sería el primer sofá.
Los egipcios en esa época estaban muy influenciados por su religión, y en temas de decoración y artesanía tenían un gusto exquisito por la perfección y la armonía. En muchas ocasiones las decoraciones de sus muebles enseñaban al hombre en diversos ámbitos, pero siempre en equilibrio con la naturaleza y con el resto de la sociedad. Estos trabajos artísticos de decoración se consideraban un arte y a aquel que lo ejercía le daban el “papel” de divino, ya que su labor la relacionaban con la creación y la construcción. Por tanto, cada dibujo o relieve era significativo y pensado con la firme intención de aportar por un lado información, pero sobre todo moralidad.
SOFÁ CAMA CON MECANISMO ITALIANO...
CHAISELONGUE MODELO ISLANTILLA SOFASS®
CONJUNTO SOFÁS 3 + 2 PLAZAS...
CHAISELONGUE CON ARCÓN MODELO TERRÓN...
CHAISELONGUE MODELO ARENAL SOFASS®
CONJUNTO SOFÁS MODELO TERRÓN SOFASS®
CONJUNTO DE SOFÁS 3+2 MOD. DEHESA...
SOFÁ RINCONERA DE DISEÑO MOD. ROKA...
SOFÁ RINCONERA DE DISEÑO MOD. BEAS...
Unos siglos después los romanos tomaron esa maravillosa idea y se la llevaron a su terreno.
Allí crearon una especie de asiento/cama llamado Triclinium que se situaba en los comedores de las casas y donde tan solo se podían sentar los hombres de la clase alta de la sociedad. Lo usaban para recostarse, comer, conversar o recibir a sus invitados; eso sí, ni esclavos, ni mujeres ni tan siquiera niños podían acercarse a esta especie de trono encomendado solo al señor supremo del hogar en cuestión; el resto se solían sentar alrededor en mantas o alfombras en el suelo. Hoy sin embargo es mi hijo el que me hecha de mi sofá para acomodarse él.
Ya en época musulmana los sultanes lucían un hermoso trono donde acomodarse y recibir la visita de sus súbditos acompañados de un té y unas ricas pastas de la época.
Ellos se caracterizaban por el uso de cojines y multitud de tejidos, grandes amantes de los colores y la belleza decorativa.
Fue bastantes siglos después cuando la época de la industrialización allá por el siglo XVIII permitió a la gente de a pie poder optar por tener en casa un asiento tan cómodo y a día de hoy imprescindible.
Las clases medias y obreras podían aspirar a tener en sus casas tan maravilloso artilugio debido a la entrada en fabricación de nuevos materiales, procesos menos complejos y por supuesto un precio inferior.
El sofá comenzó a hacerse más y más popular y al menos para mí, es uno de los mejores inventos de la historia; especialmente un sábado por la tarde.